Marta recogió un buen mechón de pelo de su cepillo.
Ya llega la caída de la hoja-pensó.
Marta recogió un buen mechón de pelo de su cepillo.
”Ya llega la caída de la hoja”- pensó.
Dejó caer sus cabellos al suelo mientras por la ventana se podía observar cómo las pardas hojas caían mecidas por el viento de aquel árbol que para ella tanto había sido.
Era su fuerte y también su castillo, su cálido hogar o una fría torre desde la que vigilar.Tantos recuerdos. Tanto que olvidar para evitar llorar en una infinita soledad.
Aunque el árbol ya estaba marchito.
-”Al igual que yo”- musitó.
Pues esos días y recuerdos ya habían quedado lejos, justo como una hoja que se lleva el viento.
JESÚS ALCAIDE ENCINAS, 1º X
No hay comentarios:
Publicar un comentario