El abuelo decía que a estas alturas ya iba vencido el invierno.
Y en mitad de la calle, alzando la mirada vi
tu luz. No recuerdo cómo llegué allí, ni siquiera recuerdo cómo se llamaba tu
calle, sólo sé que estaba ahí, observando tu silueta a través del cristal
Después de varios minutos incómodos decidí
pensar en ti, en tu forma de acariciarme cuando estaba nerviosa, en tu mirada y
en aquellos rizos blancos…; entonces volví a alzar la mirada y aquella luz se
apagó para siempre, ya no seguías detrás del cristal. Miré hacía ambos lados de
la calle, nadie pasaba, solo ese frio de aquel triste febrero.
JESÚS MARTÍN ALARCÓN, 1º S
No hay comentarios:
Publicar un comentario